Signo Zodiacal Aries
Afinidad con los otros signos zodiacales
a cargo de Lidia Fassio
Compatibilidad Zodiacal con los Signos de Fuego (Aries, Leo, Sagitario)
Al tener las mismas dinámicas energéticas, pueden encontrarse simultáneamente en el mismo estado energético, sin poder soportarse o ayudarse recíprocamente. Pues bien, al estar los dos acelerados, las chispas botan por todos lados y se tiene como la impresión de estar en un alto horno a punto de prenderse. Por el contrario, si los dos están de bajón, terminan deprimiéndose aún más. Claro está, en las fases positivas pueden ser muy dinámicos y reanimarse el uno al otro, así que, llenos de espíritu de iniciativa, todo lo comparten y lo hacen juntos, sin embargo, son muy impacientes y susceptibles y pueden llegar a chocar duramente, por no saber cómo mediar y negociar.Amor y guerra es su patrón relacional: mucha pasión, excitación y sexo, pero, también peleas, choques muy fuertes y reconciliaciones que, conforme va pasando el tiempo, son cada vez más frecuentes y difíciles de metabolizar. Con los signos de fuego la sombra se manifiesta en las luchas de poder, con el fin de ganarle al otro y someterlo, lo que, a la larga puede crear una situación muy pesada, ya que, al prevalecer los choques, todos terminan perdiendo.
Compatibilidad Zodiacal con los Signos de Tierra (Tauro, Virgo, Capricornio)
Sus proyecciones privilegiadas caen sobre los signos de Tierra, que los atraen por su solidez, concreción, resistencia y fiabilidad, cualidades que les hacen falta. Sin lugar a dudas, se trata de una atracción fatal: entre ellos se forma un lazo compensatorio muy fuerte que, al principio, es estimulante y revitalizador. La Tierra espera, es sensual y cálida, sabe disfrutar de la vida, pero, es estable y reconfortante, no se deja llevar por las locuras de los Aries, al contrario, logra poner orden y aprovechar la inspiración de la mente de Aries que quema como un brasero. Además, la Tierra sabe vivir también sin la grande pasión inicial ya que sabrá transformarla en un lazo fuerte e intenso, que dará seguridad al Aries que tiende a sentirse inseguro y miedoso. Sin embargo, las proyecciones son efímeras, así que el Aries necesita cultivar dentro de sí las cualidades que aprecia de la Tierra. Justamente estas cualidades le permitirán crecer, evitando el contacto con la sombra de la Tierra que considera árida, estática, monótona, aburrida y potencialmente capaz de bloquear sus sueños y aridecer su potente imaginación. Pues bien, la Tierra puede representar el "límite" si el Aries no lo encuentra dentro de sí. De lo contrario, se dará una unión fecunda que ayudará a los dos a crecer y hará que el Fuego aprenda a manejar y a dominar sus energías, sin desperdiciarlas inútilmente. La Tierra, por su lado, se hará más valiente, aprenderá a confiar en su instinto y a improvisar, lo que hará que la vida sea más excitante y misteriosa.
Compatibilidad Zodiacal con los Signos de Aire (Géminis, Libra, Acuario)
Fuego y Aire tienen el mismo carácter energético: los dos son extrovertidos, poco inclinados a la introspección, proyectados hacia el futuro y el mundo externo, con problemas en el manejo de las emociones. El Fuego porque no las sabe controlar y termina explotando; el Aire porque, al no saber elaborarlas, termina negándolas y racionalizándolas. Los dos son muy inestables y, si bien aparentemente muy diferentes entre sí, son demasiado excitables, el primero a nivel energético, y el segundo a nivel nervioso. Claro está, el Aries se siente atraído por la racionalidad y las dotes de comunicación del aire que, a su vez le envidia al fuego su energía física y su vitalidad, sin embargo, para que se dé un encuentro fecundo tienen que aprender a controlar sus proyecciones; pues bien, el fuego proyecta sobre el aire el deseo de control y el aire proyecta sobre el fuego la inestabilidad; si no llegan a comprender estas dinámicas, la sombra inevitablemente terminará prevaleciendo, así que el aire acusará al fuego de ser irracional, inepto, agresivo, primitivo y sin dirección. El Fuego, por su parte, verá en el Aire la frialdad, la crítica, el exceso de racionalidad, la falta de visión e impulsividad, y terminará acusándola de ser cruel, indiferente, calculadora y cortante como bisturí. En esta combinación la sombra está relacionada con el tema de la racionalidad: el Aries es atraído por las enormes potencialidades de discernimiento y exposición del aire, pero, a la vez se siente abrumado por ellas, lo que puede agudizar sus complejos de inferioridad y su inseguridad. Si la sombra no es reconocida y elaborada, el Aries acabará luchando en contra de la racionalidad que interpretará como exceso sofisticación e indiferencia.
Compatibilidad Zodiacal con los Signos de Agua (Cáncer, Escorpio, Piscis)
Al ser los dos elementos complementarios, se trata de una buena combinación desde el punto de vista energético. Pues bien, el Agua es un elemento dúctil, maleable, y sensible, pero, se deja herir fácilmente. Necesita intimidad y proximidad, padece la lejanía, la exclusión y la falta de tacto que interpreta como rechazo. Es muy apegada al pasado, emotiva, sentimental y fantasiosa. Es a través de los sentimientos como el agua comprende el mundo y a los demás. Por otro lado, es pasiva, perezosa, no ama la acción, sino prefiere contemplar, sentir y reaccionar instintivamente; por lo tanto, puede sentirse completamente abrumada por la vitalidad, los excesos y el dinamismo de los Aries. El agua padece los excesos emocionales, los altos y bajos, la inestabilidad y la agresividad típicos de los Aries, lo cual le provoca cambios de humor, crisis de llanto y ataques de victimismo. Puede llegar a negar su rabia por miedo a perjudicar la relación, sin embargo, la rabia negada se convierte en continuas reivindicaciones y manipulaciones que generan rencor y frustración la cual, a su vez, puede ser somatizada. Todo lo anterior no hace más que limitar la libertad de ambos. El Aries puede sentirse sofocado y proyectar sus necesidades relacionales negadas sobre su pareja, acusándola de limitar su libertad y de retenerlo con el chantaje. El agua, por su parte, puede proyectar la falta de autonomía e independencia hasta percibir al otro como indiferente, poco fiable e incapaz de estar en una relación íntima. Esta combinación requiere que el Aries aprenda a reconocer y a manejar sus emociones, sin culpar al otro por activarlas y provocar sus reacciones. Indudablemente se trata de un reto difícil, pero, de lograr superarlo, la recompensa será una estabilidad interior que alimentará la parte más profunda del alma del Aries, a menudo enteramente descuidada.
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