Signo Zodiacal Aries


Perfil psicológico del signo



a cargo de Lidia Fassio


El signo de Aries es el primero de la rueda zodiacal y, justo por ello, encierra energías potentes e intensas, pero, todavía primitivas. Su símbolo representa los cuernos de un carnero, lo que nos hace en seguida pensar ensu formade combatir y defenderse: con la cabeza y con los cuernos, a lo que en el lenguaje común se le indica con la expresión “dar cabezazos”. Pues bien, los nativos tienden a “dar cabezazos” muy seguido, por lo menos en la primera parte de su vida, hasta que no entienden que no basta con luchar, sino también hace falta tener una estrategia.

Es un signo masculino, con una fuerte energía yang, pertenece al elemento Fuego y está regido por Marte y Plutón. Rebosa de calor, espíritu de iniciativa, ardor, impulsividad, que se convierten a menudo en agresividad. Los Aries son valientes, temerarios, emprendedores, leales, y francos, sin embargo, no saben orientar su pensamiento. El signo de Aries simboliza el nacimiento y nos recuerda que entramos en la vida de cabeza, exactamente como los nativos afrontan la vida, esto es, “a cabezazos”. La energía está extremadamente concentrada en este signoy parece casi imposible retenerla, como la energía del Big Bang, la gran explosión que dio origen al universo. Los Aries son muy dinámicos y nos recuerdan constantemente que la vida es una pulsión enorme que no puede ser detenida y que nos impulsa a salir adelante.

La tarea de los nativos de Aries consiste en transformar este fuego salvaje y fuera de control que puede explotar y arrasar con todo, en un fuego constructivo, capaz de volver fértil lo que toca, puesto que no quema indiscriminadamente, sino es capaz de dar vida y calor. En la primera parte de su vida los Aries tienden a vivir intensamente, avanzan rápido y afrontan las situaciones con extrema determinación; es como si todo fuese una cuestión de vida o de muerte, como si se les fuera a acabar el tiempo mañana, así que sienten que deben experimentar, hacer, consumirlo todo sin dar a las cosas tiempo de madurar. Estos jóvenes héroes parecen estar metidos en un vórtice del que no pueden salir y, mientras se queden atrapados en este delirio energético, no lograrán dominar sus pulsiones y, por consiguiente, no podrán actuar, sino solamente “reaccionar”. Aunque parezcan muy volitivos, en realidad no se trata de una voluntad plenamente consciente. No dirigen, son dirigidos. No ocasionan las cosas, sino que reaccionan a ellassin tener una estrategia y sin pensar en las consecuencias de sus acciones. Al sentir que no tienen suficiente espacio para expresarse, actúan de forma agresiva.

Los primeros cambios se dan alrededor de los 30 años, cuando Saturno empieza a obligarlos a rendir cuentas de lo que lograron realizar. Los Aries necesitan ser guiados, el problema es que tienen una relación muy ambivalente con la autoridad ya que, por un lado, la necesitan, y por el otro tienen miedo de someterse a ella.

Los problemas irresolutoscasi siempre derivan de la relación conflictual con la figura paterna. Hasta que no comprenda que la autoridad debe ser interiorizada, no podrá convertirse en una persona adulta y madura y continuará proyectando al externo sus conflictos interiores. Solamente cuando aprenda la autodisciplina, empezará a dominar su energía, encauzándola hacia la dirección y las metas que haya escogido perseguir.

El Aries puede realizar su proyecto cuando haya aprendido: cómo usar, cuándo usar y con qué intensidad usar su energía. Una vez que conozca su fuerza y sepa cómo utilizarla, se sentirá más seguro y podrá librarse de la desconfianza que tanto lo ha perjudicado en la primera parte de su viaje.

Solamente cuando su Yo empiece a ejercer la voluntad de forma consciente, entonces el Aries podrá convertirse en un verdadero JEFE e inspirar a los demás. Necesita una causa, una meta a la que consagrarse.

El hombre en el signo
Los nativos de este signo tienen las cualidades que, en nuestra cultura, son consideradas “masculinas”. Son fuertes, dinámicos, impulsivos; dentro de cada hombre Aries se esconde un guerrero capaz de defenderse, agredir, y reaccionar instintivamente en caso de ser provocado. Así que la conquista forma parte de su naturaleza. Sin embargo, la conquista no es suficiente si no saben cómo gozar de ella. Para eso se necesita estabilidad, es decir, la capacidad de transformar la conquista, ya sea profesional, amorosa, o de otro tipo, en algo aprovechable de forma duradera.
Aquí es donde surgen los problemas, puesto que su energía es tanto explosiva como inestable: se agota rápidamente y el hombre Aries después de la conquista pierde interés, justo porque su energía se apaga y no volverá a prenderse mientras no se perfile la posibilidad de una nueva conquista. Las cosas pueden cambiar al tomar consciencia de esta dinámica, lo cual les permitirá transformar su gran potencial en una obra creativa: su realización personal.

El hombre Aries es, sobre todo cuando joven, muy irascible: cuando no logra dominar las situaciones, le dan arranques de ira, lo que es claramente una forma inmadura e ineficaz de reaccionar y de solucionar los problemas. Detrás de esta ira tan incontrolable siempre hay un fuerte deseo de ser aceptado y de hacerse valer. Aquí está su drama personal: al temer encontrarse en dificultad, sobre todo a nivel dialéctico, reacciona agrediendo, pensando así salirse con la suya. La ira representa el primer estadio de un proceso de crecimiento, sin embargo, si no aprendemos a dominarla, termina perjudicándonos seriamente, ya que nos impide interactuar y comunicar con los demás. La ira crea distancia y es por ello que los nativos de Aries, por miedo a ser regresados al estado indiferenciado, la utilizan para diferenciarse y crear una distancia.

El signo de Aries, al ser el primero en la rueda del zodiaco, es el que está más cerca de la esfera de las pulsiones: la rabia es la emoción más intensa, ya que tiene como función defendernos de los ataques externos a nuestro espacio vital y a nuestra identidad. Sin embargo, si no es elaborada, termina provocando comportamientos agresivos y autodestructivos. Se dice que la rabia ciega y el hombre Aries muchas veces en su vida ha experimentado este estado de profunda alteración mental. Pues, de eso se trata, la rabia obnubila el pensamiento racional, y es por ello que nos sentimos atrapados por ella, lo cual perjudica nuestra capacidad de evaluar las cosas de forma racional.

El hombre Aries necesita relacionarse con su signo opuesto, Libra, aprendiendo a mediar y a hacer unas pausas para recuperar su pensamiento racional. La rabia puede ayudar a transformar la realidad, tiene que ver con la necesidad de hacer que sucedan las cosas (de lo contrario, nos sentiríamos impotentes), sin embargo, no se le puede dar rienda suelta, si no termina arrasando con todo. Cuando el nativo Aries haya aprendido a manejar esta energía y a ponerla al servicio del Yo, entonces podrá finalmente aprovecharla y beneficiarse de ella.




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