Predicciones 2026

Una lectura de los tránsitos más importantes de 2026


Por Paolo Crimaldi


Podemos definir 2026 como un año puente, un período en el que, si bien no ocurre nada importante, se sientan las bases para cambios profundos que se manifestarán con fuerza a partir del verano de 2027.


En este nuevo año, tres planetas de movimiento lento entrarán definitivamente en los nuevos signos: Neptuno en Aries el 26 de enero, Saturno, también en el mismo signo, el 13 de febrero, y Urano en Géminis el 26 de abril. El Nodo Lunar Norte comenzará su tránsito en Acuario el 28 de julio.


La primera interacción de estos planetas en los nuevos signos ocurrirá en marzo, cuando Saturno formará un sextil con Plutón, un aspecto que podría insinuar posibles perspectivas de paz en las diversas regiones en guerra, o al menos posibles negociaciones que podrían tener resultados positivos y generar un cambio real hacia finales de año, concretamente en noviembre, cuando Urano desde Géminis formará un trígono con Plutón en Acuario. Probablemente habrá más resoluciones, propuestas y negociaciones que una estabilización real y el fin de los conflictos. Digamos simplemente que se sentarán unas bases verdaderamente sólidas para un momento de paz y equilibrio en 2027, aunque podría durar hasta 2029.


Además, el tránsito de Neptuno en Aries refuerza los ideales belicistas y estimula la competencia entre quienes deben o se ven obligados a demostrar su mayor poder. Todo esto podría exacerbarse en julio, cuando se forme un trígono entre Júpiter, recién ingresado en Leo, y Neptuno, y, al mismo tiempo, una oposición entre Júpiter y Plutón en Acuario. Este es un momento en el que podría surgir la figura de una persona dispuesta a tomar el control de ciertas situaciones y resolverlas definitivamente. Sin embargo, no hay que olvidar que podrían surgir nuevos focos de tensión, basados ??en ideologías fuertes y, más aún, en la religión, incluso en áreas que hasta entonces no habían sido problemáticas.


Por lo tanto, julio podría ser un mes particularmente importante a nivel internacional, durante el cual podrían surgir coyunturas políticas y financieras particulares que podrían alterar situaciones estancadas, pero no resolverlas definitivamente. Podríamos hablar de soluciones provisionales.


Por otro lado, la entrada de Saturno en Aries, que transitará hasta abril de 2028, endurecerá estrategias bastante duras e inflexibles, tanto en términos de poder político como en términos económicos y sociales. Esto acentuará la brecha cada vez mayor entre pobreza y riqueza y abrirá el camino a tensiones sociales que se extenderán a grupos cada vez más amplios de personas, lo que podría conducir a cambios profundos, pero no antes de que Saturno abandone Aries.


El verdadero problema en 2026 será la excesiva adhesión a ideologías fuertes y opuestas que no logran comunicarse ni crear espacios flexibles. Esto, lamentablemente, es un peligroso caldo de cultivo para el sectarismo, el nacionalismo y otras formas de disidencia, que pueden generar divisiones, tensiones sociales y un endurecimiento de posturas autoritarias y cada vez menos democráticas.


Afortunadamente, la entrada del Nodo Lunar Norte en Acuario a finales de julio debería generar perspectivas menos pesimistas y cerradas, aunque en noviembre, en oposición a Júpiter en Leo, podría sacar a la luz situaciones pasadas sin resolver que podrían afectar decisiones estratégicas, especialmente en el ámbito de las finanzas y el bienestar global.


En resumen, 2026 no nos ofrecerá mejores opciones de vida ni pondrá fin definitivamente a los diversos conflictos actuales. Sin embargo, sentará las bases para la esperanza en 2027/2028, cuando el cielo será más indulgente y menos belicoso.